“El extractivismo se lleva a cabo en donde tenemos gobiernos débiles”
Detalle BN6
- Inicio
- “El extractivismo se lleva a cabo en donde tenemos gobiernos débiles”
“El extractivismo se lleva a cabo en donde tenemos gobiernos débiles”
Dentro del coloquio internacional “Bienes comunes, extractivismo y sistemas de seguridad”, organizado por el CUDJ, el académico de la Universidad Wenzao de Taiwán, Philipp Fluri, dictó una conferencia sobre la discusión global vigente alrededor del extractivismo.
Óliver Zazueta
Entre Japón y la costa de California hay un vuelo de alrededor de 10 horas y un inmenso océano, el Pacífico, en el que pareciera no haber nada más que agua, pero en realidad, en medio, hay una serie de naciones insulares que tienen maderas tropicales, peces y algunas otras materias primas raras por explotar. Es la última frontera del extractivismo.
Ya antes ocurrió en América Latina —México incluido—, en Asia —los bosques de Malasia o Indonesia son ejemplo fehaciente— o en el inmenso continente africano con la extracción de oro, diamantes y otros metales preciosos, el extractivismo es un fenómeno global, es una mentalidad, es un neocolonialismo que no solo está en la cabeza de los que colonizan, sino en la de los que son colonizados afirmó Philipp Fluri, académico del Departamento de Asuntos Internacionales de la Universidad Wenzao de Kaohsiung, Taiwán, quien dictó la conferencia inaugural del coloquio internacional “Bienes comunes, extractivismo y sistemas de seguridad”, organizado por el Centro Universitario por la Dignidad y la Justicia “Francisco Suárez, SJ” del ITESO (CUDJ).
Para el investigador, el extractivismo se distingue de la extracción por ser más que nada una actitud, una ideología, una postura hacia el medio ambiente y la sociedad. Mientras que la extracción, que es la explotación de los recursos naturales del planeta tierra, es una actividad que ha existido desde el Antropoceno y define el progreso de lo humano desde hace 25 mil años.
“Hay toda una ideología detrás del extractivismo, es ‘extrae lo más que puedas, lo más rápido que puedas, porque quizás no hay un mañana’. Es una actitud específica de aceptar esa forma de explotación, no objetar y no crear una estructura de gobernanza que se oponga, incluso son las mismas élites locales las que se coluden y obtienen beneficios”, dijo Fluri, quien fue cofundador del Geneva Centre for Security Sector Governance.
Incluso hay un discurso que vincula extracción con extractivismo y lo coloca como algo positivo, por ejemplo, bajo el paraguas de un futuro verde, ya que, si queremos mejorar el ambiente, tenemos que producir autos eléctricos y para esta nueva generación de autos debemos tener todo tipo de minerales y metales: “este argumento a favor se repite una y otra vez en los últimos 20 años, se habla del bien común, que es esta forma neoliberal para decir, ‘bueno, la extracción y el extractivismo lo necesitamos, tenemos que cortar los árboles del Amazonas, porque necesitamos crear un sistema de bienestar, por eso es positivo, porque produce bienes comunes’”.
Para Fluri, un aspecto central en el crecimiento del extractivismo es la mala gobernanza, pues las autoridades crean islas legales dónde el estado de derecho no se aplica, concediendo el territorio a un socio internacional importante, sin importar lo que esté haciendo o sus prácticas depredadoras, con el único razonamiento de que están justificadas porque dan trabajo en un área donde no lo hay.
“El extractivismo se lleva a cabo en donde tenemos gobiernos débiles, esto no quiere decir que son gobiernos pequeños, sino que el sistema de seguridad de cierto estado, donde se lleva a cabo el extractivismo, es pequeño”, apuntó.
Cuando se habla de la administración de los recursos naturales, Fluri consideró que hay una lista de actores a los cuales se deben incluir —gobierno, empresas y sociedad civil—, pues estos son bienes comunes de las sociedades modernas: “tenemos varios actores involucrados, ya sea de forma activa o pasiva, y algunos que quizás decidan no hacer nada, pero no te puede lavar las manos y ser simplemente irresponsable”.
Se debe ver el extractivismo desde una perspectiva en la que pueda haber transparencia y rendición de cuentas, se debe resolver la pregunta de quién debe supervisar las concesiones públicas otorgadas a los extractivistas y debe ser en el mejor interés para los países en desarrollo, de hecho, hay que generar una cultura parlamentaria la cual presione al Poder Ejecutivo y que considere la necesidad de que estos consorcios paguen por el daño que hacen. Esto implica un sano nexo entre medio ambiente, seguridad y buena gobernanza.
“Tenemos ahora un gran portafolio de regímenes internacionales y cadenas de suministro para cada uno de los bienes que existen. Podría decir, que este es un triunfo de la gobernanza global y de las organizaciones internacionales. La extracción por sí misma no es buena ni mala, pero puede llegar a ser un detrimento si no se supervisa, si no es parte del esfuerzo de la buena gobernanza de esos gobiernos elegidos por los votantes y por quienes pagan impuestos (…). Lo que se necesita es acción, no solo conocer lo que se debe de hacer, sino hacerlo de una forma que tenga un efecto positivo en la estructura de la sociedad”, declaró.
Noticia
Sostenibilidad